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Horacio Zabala
Desde las vanguardias históricas, la desintegración de las formas y estructuras plásticas son paralelas a la desintegración de las palabras y la sintáxis. En sus obras, los cubistas, futuristas y dadaístas experimentaron con letras, palabras y textos. Aceptaron la intervención del azar: con pasión y rigor destruyeron y construyeron lazos impuros, ínfimos e inagotables.
Con este lejano telón de fondo, las obras de Pablo Lehmann circulan y juegan con la palabra, la imagen y el espacio: crean intersticios imaginarios, simbólicos y reales. Circulan y juegan, es decir, se infiltran en el espacio entre la palabra y la imagen para encontrar resonancias, para formar y explorar, para interrogar e instaurar intuiciones del mundo.
Horacio Zabala
otoño de 2006